Adiós a José María Gay de Liébana, “el ferretero de las finanzas”

FOTO: SPF.
El economista José María Gay de Liébana falleció este viernes, 16 de julio, a los 68 años de edad, víctima de una larga dolencia. Iberferr quiere recordarlo en su adiós con la entrevista que publicamos en 2015 en la que hablaba de los problemas de la ferretería y de cómo resolverlos. Por su interés, la reproducimos en su integridad.

 

  ENTREVISTA  
José Mª Gay de Liébana, profesor titular de Economía Financiera y Contabilidad en la Universidad Autónoma de Barcelona y experto gurú mediático

(Iberferr, febrero de 2015)

Sus defensores y detractores están de acuerdo al menos en una cosa: José María Gay de Liébana y Saludas es un tipo simpático. De currículo interminable, pero de doctrina bien acotada, este ‘picapedrero de las finanzas’ se muestra como un gurú ecléctico capaz de poner en valor lo viejo conocido de Angela Merkel y lo nuevo por conocer de Alexis Tsipras [entonces, primer ministro griego]. Y, además, sabe de ferretería, tal y como demuestra en esta entrevista.

Las claves para reactivar la ferretería son las mismas que necesita el resto de la industria. Pero no dependen tanto de los ferreteros, que ya han hecho los deberes, como del Gobierno. Es necesario bajar más los impuestos, trabajar más las cotizaciones sociales, dar más facilidades al consumo… Si los gobernantes no acometen estas tareas, la mejora seguirá siendo lenta y difícil, advierte el economista.

—La industria de la ferretería ha sufrido efectos parecidos al resto de la industria durante estos años de dificultades. ¿Qué más puede hacer el Gobierno, los empresarios, las instituciones de la UE, para reactivar nuestra industria? ¿O ya no hace falta porque estamos creciendo?
—Hombre, hay un capítulo importante, que es el consumo. El sector de la ferretería depende del consumo, de que la gente tenga dinero para poder gastar. Por lo tanto, hay una forma de poner más dinero en el bolsillo de los ciudadanos; bajar los impuestos. El Gobierno ha hecho ya un primer paso, pero quizás habría que hacer más. Y habría que bajar también las cotizaciones sociales, es decir, que haya más gente con capacidad de obtener más dinero, y, por lo tanto, con mayor capacidad de consumo.

“Veo que los ferreteros están involucrados, participativos, que quieren escuchar otras voces, saber e intercambiar opiniones. Eso es bueno porque el problema de muchos empresarios es que no salen del despacho”.

—Eso, por parte del Gobierno. Y a las empresas, ¿qué más hay que pedirle?
—En lo que se refiere a las empresas, la actual presión fiscal sobre las pequeñas y medianas empresas, que en este sector de la ferretería hay muchas, todavía es muy alta. No se le puede pedir lo mismo a una empresa de estas características que a una grande del Ibex 35. Por lo tanto, creo que hay que hacer un esfuerzo aún mayor para reanimar el consumo, porque el consumo es lo que tira de la economía.

—En el Congreso de ferretería de AECOC usted se ha dirigido a decenas de personas que vestían trajes caros. Hasta ese momento, ¿qué imagen tenía usted de la ferretería y dígame también si le ha dado tiempo a cambiarla?
—No, no la he cambiado. Yo conozco a alguno de los hombres que están en este sector de ferretería y, claro, vemos alguna empresita pequeña, la tienda que está debajo de casa, etc. Pero otra cosa es la cadena de ferreterías o el que produce dentro de este sector. Verá, empresarios son todos. Y el que es empresario, en un momento determinado se pone la bata de trabajo y, en otro, el traje como cuando viene a un congreso; porque lo quiere lucir. Pero es el mismo empresario siempre, sea con una vestimenta o con otra.

—Entonces, ¿qué impresión se lleva usted del congreso de ferretería?
—Hombre, bien. Siempre que veo a tantas personas en un auditorio, me llevo muy buena opinión. En este caso es también es buena porque veo que están involucrados, que están interesados, que están participativos, que quieren saber qué es lo que ocurre, que quieren intercambiar opiniones, que quieren escuchar otras voces. Porque el problema de muchos empresarios es que no salen del despacho. Y claro, si no sales del despacho, no tienes contacto con la realidad. Ellos han venido al congreso, hablan entre ellos, comentan las jugadas… Da igual que sean competidores. Y que vengan voces externas, siempre aporta otro punto de vista, que sirve para darte una mayor amplitud de miras. Que hagan esto es importante porque si no, los empresarios estarían como muy encerrados en sí mismos.

“Decir que los economistas somos los ferreteros de las finanzas es dar una buena definición”

—Déjeme que le diga: ustedes, los economistas, son los ferreteros de las finanzas porque siempre tienen una solución para cada necesidad. ¿Le parece bien esta definición?
—Sí, sí, es perfecta [risas]. ¡Hay tanto traje hecho a medida! Hay una ferretería prét-á-porter y una ferretería de mesura, ¿no? Todo depende del precio. De igual forma, si usted quiere una boca de estas características, pues la tiene; y si quiere esta otra, pues también. Por lo tanto, estoy de acuerdo con lo que usted dice. Lo que pasa es que no somos profetas, ¿eh?

—Se lo preguntaba, entre otras cosas, porque usted se define como un picapedrero de las finanzas…
—Sí, soy un picapedrero de las finanzas porque siempre estoy aquí, dándole a los números, a las finanzas de empresas, de las cuentas públicas… Siempre con espíritu crítico, pero siempre con ánimo constructivo.

—Hay una mezcla de datos positivos y otros que no lo son tanto en el actual panorama económico nacional. Con todos esos ingredientes, ¿qué año cabe esperar?
—Yo creo que 2015 va a ser mejor que 2014, pero todavía no va a ser un año fantástico, de recuperación absoluta como algunos dicen. Hemos de recuperarnos mucho para intentar volver a donde estábamos, que va a ser muy difícil. Éste va a ser un año en el que, si crece la economía como en principio parece que crece, pues podríamos recuperar empleo. Pero también creo que es un año en el que hay dos tipos de factores, unos endógenos, de España, como la inestabilidad política, que, sin duda, puede influir; y otros exógenos, como qué pasa en Europa, cuál es la situación del petróleo, qué pasará con los estímulos monetarios de Mario Draghi [presidente del Banco Central Europeo], qué pasará en Francia, Italia, Alemania… Por lo tanto, digamos que hay factores internos y externos que se conjugan y hemos de saber realmente adonde vamos.

—El precio bajo del petróleo nos favorece, sin duda. Pero si los impuestos a los que está sometido tanto cuando sube como cuando baja son los mismos, ¿por qué cuando baja no llega al bolsillo tan rápidamente?

—¡Ay! Esto hay que decírselo rápidamente al ministro Montoro [titular de la cartera de Hacienda], que quiere recaudar y, por lo tanto, habría que hacer una bajada de impuestos, digamos, más rápida, más drástica y creo que más pronta; porque, en efecto, el tema de la gasolina nos animaría a todos.

Gay de Liébana durante la conversación que dio lugar a esta entrevista.

“No se le puede pedir lo mismo a una empresa de ferretería que a una del Ibex 35. Creo que el Gobierno tiene que hacer un esfuerzo aún mayor en este sentido”.

—La deuda de España, pública y privada: un billón y algo más de 700.000 millones. Eso lo complica todo, ¿no es así?
—Sí, por supuesto que sí. Tenemos una deuda privada fuerte, pero también Una deuda pública muy importante a la que hay que hacer frente. Es una suerte que Mario Draghi haya puesto en marcha estos estímulos monetarios para intentar salir del trance.

—Durante estos años de dificultades se habló mucho de términos como estanflación, desinflación, recesión, depresión. La realidad es que ahora hay deflación (-1,5%). Digámoslo claro de una vez: ¿eso es bueno o es malo?
—De momento, a corto plazo, es bueno, porque compras más barato. Pero comprar más barato significa que las empresas vana tener que hacer reajustes en sus gastos y el de personal saldrá perjudicado, y a largo plazo tendremos unas deudas que pagar con menos dinero que ganaremos. Por lo tanto, es malo.

—¿Y usted me diría algo a favor de Angela Merkel y algo en contra de Alexis Tsipras, o viceversa?
—Yo, a Merkel la respeto y la admiro mucho por la austeridad bien entendida. Y sobre Syriza [coalición de izquierda radical a la que pertenecía Tsipras], se necesitan aires renovadores, voces iconoclastas. Pero hay que esperar a ver si todo lo que han dicho, o parte de lo que han dicho, se cumple y es verdad. Por lo tanto, a mi me parece que todos suman. Yo soy ecléctico: me quedo con parte de Angela Merkel y con parte de Alexis Tsipras.

—No sólo de economía vive el hombre. Como buen ‘periquito’, ¿ve al Español en la final de la Copa?
—Es uno de los grandes retos, pero en esto no soy tan optimista. En caso de que el Español se plantara en la final de la copa de Rey, yo sería un hombre muy dichoso. Lo verdaderamente cierto es que los grandes estamos en semifinales.

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