España y la “anomalía ferretera” que cuesta 280 millones de euros al mes

Un gran número de ferreterías prefiere abrir más adelante con mayores garantías de seguridad. FOTO: SPF/ Iberferr.

La España de las ferreterías y centros de bricolaje cerrados es “una anomalía”, única en el entorno europeo, que supone un coste de 279,3 millones de euros para las arcas públicas cada mes que estos establecimientos permanecen con la persiana bajada. Es el precio de haber mantenido cerradas las más de 8.000 tiendas del ramo que hay en el país, un sector que emplea a 150.000 personas entre distribuidores y proveedores, que produce un nivel de negocio anual de en torno a 9.000 millones de euros de facturación y que tiene un impacto directo e inducido de 27.000 millones en la economía española.

Esto es, al menos, lo que asegura un estudio del reputado laboratorio de ideas e instituto de investigación Foro de Regulación Inteligente, que considera a la industria de la ferretería como “sector estratégico” y que, en consecuencia, “debería ocupar un lugar prioritario en la estrategia de salida del confinamiento”.

El calendario de reapertura plantea, según esta entidad, un tratamiento desfavorable de las grandes superficies especializadas en ferretería y bricolaje, a pesar de que dichos establecimientos cuentan con una posición muy favorable para reabrir sus puertas con medidas de seguridad, higiene y aislamiento efectivas y dinámicas, tal y como sostiene el informe. “En consecuencia, parece lógico establecer propuestas de mejora que contribuyan a redefinir estas medidas de desescalada, con el objetivo de lograr un punto óptimo en el que se salvaguarde la salud y se promueva la recuperación económica”, dice.

“España es el único país de la Union europea y la OCDE que no permite la apertura completa de los centros de ferretería, bricolaje y reformas, ni durante el confinamiento, ni en el inicio de la desescalada”.

“El cierre en las últimas semanas del sector, considerado como la farmacia del hogar, contrasta con la relativa normalidad con la que dicha rama de actividad ha seguido operando en buena parte de los países de nuestro entorno. El parón en la actividad económica del sector está generando un coste fiscal de 128,8 millones de euros mensuales, teniendo en cuenta que el 18,37% de los trabajadores del sector se encuentra en situación de desempleo y que el 81,63% restante está afectado por un ERTE. A esto hay que añadir el aporte fiscal que estos 150.000 trabajadores estarían generando de estar activos: 150,5 millones de euros al mes. Es decir, que el coste para las arcas públicas cada mes que permanecen cerrados los negocios de bricolaje, ferretería, construcción y reformas es de 279,3 millones de euros”, dice este think tank en el informe titulado ‘Por una desescalada rápida, segura y efectiva. El sector de ferretería, bricolaje, construcción y reformas, ante la estrategia del confinamiento’.

“Más allá y con independencia de su superficie, los negocios de bricolaje, ferretería, construcción y reformas prestan un servicio esencial como farmacia del hogar, al comercializar bienes y productos de primera necesidad y esenciales para garantizar la habitabilidad, seguridad, confortabilidad, higiene y adecuado mantenimiento de los hogares españoles. Por ello, sería pues recomendable que este sector estratégico ocupe un lugar prioritario en la estrategia de salida del confinamiento”, añade dicho informe.

Fuente gráfico: Foro de Regulación Inteligente.

Con el objetivo de enriquecer las propuestas iniciales del plan de reapertura, FORO REGULACIÓN INTELIGENTE considera vital mejorar el calendario que afecta al sector teniendo en cuenta, entre otras, estas razones:

• Las tiendas del sector, farmacias del hogar, con independencia de su superficie, deben tener la consideración de esenciales, ya que venden productos y servicios de primera necesidad para garantizar la habitabilidad, seguridad, confortabilidad, higiene y adecuado mantenimiento de los hogares españoles. Así lo ha considerado la mayoría de países de nuestro entorno, donde han permanecido abiertos desde el principio del confinamiento.

• Los productos que se encuentran dentro del catálogo del sector son de vital importancia. De hecho, más allá de facilitar de nuevo su venta, deberían quedar sujetos a descuentos fiscales (IVA, Sociedades…).

• Muchas de las tiendas del sector que permanecen cerradas se encargan del suministro para el mantenimiento y seguridad de otras actividades consideradas esenciales, estratégicas o de primera necesidad, incluyendo las de centros hospitalarios u otras empresas.

• Una reapertura más ágil permitiría reabsorber a más de 150.000 empleados directos, que generan al Estado un coste de cerca de 280 millones de euros al mes entre ayudas y transferencias, y los tributos que dejan de ingresar las arcas públicas.

• El sector, además, genera 9.000 millones de euros anuales y, de manera inducida, otros 18.000 millones de euros. Cada mes que estos establecimientos permanecen cerrados se pierden 2.250 millones de euros.

• Las grandes tiendas de bricolaje, cuya apertura no está prevista hasta la fase 2, tienen la capacidad, dadas sus características, de atender de forma fiable y ordenada a los clientes que reciban, lo que permite modular el flujo de personas y garantizar que se mantienen las distancias de seguridad entre personas. Además, tienen más posibilidades para implantar medidas de control de aforo y realizar controles de entrada y salida, así como mamparas y otras. Dentro de cada comercio, la disposición rectangular y por pasillos de las grandes tiendas de bricolaje hace que sea más sencillo establecer reglas de distanciamiento o mantener filas que respeten las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias.

• Al tener una mayor plantilla de mayor tamaño, las grandes superficies especializadas en ferretería, bricolaje, construcción y reformas disponen de mayor flexibilidad para establecer turnos de trabajo y horarios de apertura más prolongados, lo que reduce la exposición de sus trabajadores y la concentración de clientes.

• Las grandes superficies especializadas en ferretería, bricolaje, construcción y reformas cuentan con una mayor capacidad económico-financiera para adaptarse a un entorno sanitario cambiante. Esto permite desplegar innovaciones en materia de seguridad, protección e higiene con mayor rapidez y eficacia.

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