Las ferreterías reabren hoy en condiciones precarias y sin una hoja de ruta establecida

Varias personas esperan para poder entrar en una ferretería esta mañana.

“Estamos abiertos sólo para nuestros clientes y urgencias”. Es lo que repetía esta mañana un empleado de Ferretería Embajadores (Madrid) a la docena de personas que esperaban en fila ante la persiana subida sólo hasta la mitad. “¿Y cómo podemos demostrar que somos clientes?”. La pregunta de la señora no obtuvo respuesta.

Las ferreterías, como gran parte del comercio minorista, reabren hoy al público en circunstancias muy determinadas y sólo atienden con cita previa y con medidas de seguridad como separación de dos metros entre personas, mascarillas obligatorias, aforo limitado, un cliente por vendedor y “pasillo de seguridad en horario preferente” (Pedro Sánchez dixit) para las personas mayores. Los establecimientos deberán desinfectarse dos veces al día y tener dispensadores de gel hidroalcohólico. En realidad, la reapertura se hace sin una hoja de ruta preestablecida, sin saber cómo pasar a la fase uno y sin recibir ni una sola indicación del Gobierno ni de las autoridades, tal y como han destacado esta misma mañana algunos ferreteros.

La reapertura en esta fase cero puede representar en torno al 30% del potencial del mercado que había antes del confinamiento. La orden de Comercio para la desescalada en esta primera fase “no se ajusta a las necesidades de estos sectores comerciales clave, como son las ferreterías”, advierten desde el sector. Por ejemplo, muchas de ellas, por sus necesidades expositivas, son significativamente más grandes y no pueden abrir porque la norma, en esta fase cero, sólo se lo permite a  establecimientos que no superen los 400 metros cuadrados.

La patronal de las reformas, Andimac, pide que esos 400 metros deberían incrementarse hasta los 1.000, siempre que se cumplan el resto de los criterios y que, sobre todo, no haya más de un cliente por vendedor. “De esta forma, en una tienda media, de 800 metros cuadrados, puede haber uno o dos vendedores, lo que implicaría uno o dos clientes, a razón de unos 200 metros cuadrados por persona”, explican.

Cabe recordar que el Código Técnico de la Edificación (CTE) regula en su documento de seguridad dos metros cuadrados por cliente como tope de aforo para comercio general y cino metros cuadrados para modelos como las tiendas de materiales.

La patronal pide más transparencia sobre la progresión en las fases de desescalada para que las empresas puedan llevar a cabo una adecuada política de gestión de ERTE, una correcta planificación en torno a sus necesidades operativas y de liquidez, y una óptima política comercial. En definitiva, para que estas empresas puedan elaborar sus planes de negocio para sobrevivir en un momento de dificultad como el actual.

Un gran número de ferreterías prefiere abrir más adelante con mayores garantías de seguridad y efectividad.
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