Hay tres noticias que ha publicado esta revista y que muestran con cierta claridad dónde está la ferretería y por dónde puede venir 2024. La primera se refiere al éxito de las ferias “de otoño” en cuanto a asistentes, expositores y productos. La segunda describe cómo las ventas crecen en las grandes superficies y caen en Internet. Y la tercera habla de un “menor dinamismo”, que podría prolongarse en 2024.
El éxito de las ferias “de otoño” tiene una lectura inequívoca: un filón de visitantes y cifras de negocio que a todas luces superan las expectativas previas. Es el caso de la primera convocatoria presencial de NCC, la 15ª edición de MetalMadrid o el 7º Fin de Semana del Cerrajero, que volvieron a mostrar recintos abarrotados de profesionales y productos. De entrada, significa que el sector registra una alta actividad en la recta final del año, lo que a su vez es un signo optimista para el que viene. Si las ferias son un buen termómetro, debemos concluir que la ferretería y el suministro goza de muy buena salud.
Las gráficas muestran a su vez que el canal especializado (grandes y medianas superficies) ha crecido en el tercer trimestre cerca de un 8%, pero hay una brecha que aumenta: el número de empresas que venden menos supera a las que venden más. El canal “online” arroja los peores resultados, con un -12,62% y aún acusa el “efecto pospandemia”, según la encuesta de evolución de ventas de la asociación de fabricantes Afeb. Además, el canal tradicional crece de forma testimonial un 0,02%, mientras que las exportaciones suben un 2,87%. Estos datos, sin ser malos, arrojan ciertas dudas sobre la fortaleza del mercado en la parte final del año, en la que, es cierto, casi nunca suele acelerar.
La tercera noticia tiene como fuente un estudio de DBK, que dibuja un marco de desaceleración del crecimiento y consumo final de los hogares, de forma que su favorable comportamiento en el bienio 2021-2022 podría devenir en un “menor dinamismo” en 2024. De momento, es sólo una posibilidad y nada asegura que vaya a producirse.
Vivimos, por lo tanto, las certezas y dudas propias de un cambio de ejercicio en el que hablar de optimismo no significa ignorar los riesgos. La economía es tan enrevesada que nunca hay que bajar la guardia. Por eso, la pregunta para el año que empieza es la misma con la que arrancábamos otros ejercicios. ¿Qué grado de capacidad y resistencia será capaz de mostrar la ferretería [en 2024]? Lo bueno de esta cuestión es que, en gran medida, ya está respondida.
Editorial de Iberferr impreso, diciembre de 2023