Asepal: “Una mascarilla mal ajustada es un riesgo adicional para la salud”

Asepal, la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual, advierte de que el poder de las mascarillas disminuye si no se ajustan perfectamente a la cara de tal modo que formen un espacio hermético que permita que todo el aire que respira una persona sea filtrado. También alerta sobre la “falta de garantías protectoras” de las mascarillas artesanales

La patronal explica que la presencia de vello facial (barba, perilla…) en la zona de contacto entre la mascarilla y el rostro, reduce de forma “muy severa” el ajuste, aunque este sea muy corto. Por ello, para un ajuste correcto de la mascarilla autofiltrante, debe eliminarse completamente todo vestigio de vello facial o cabello en la zona de contacto entre la mascarilla y el rostro.

“La barba o una mascarilla con holguras en la nariz o en la cara hacen que sean menos seguras, ya que por estos huecos se pueden colar los patógenos que están flotando en el aire en aerosoles sin pasar por el sistema de seguridad de la mascarilla”, recuerda el director general de la entidad, Luis Gil Palacios.

Luis Gil. FOTO: Asepal.

Añade que, asimismo, es “imprescindible” seguir las indicaciones de ajuste que debe dar el fabricante en el folleto informativo. Además deben realizarse las comprobaciones de sellado que el fabricante determine, que suelen consistir en realizar respiraciones enérgicas para detectar si se producen fugas de aire, lo que indicaría un ajuste incorrecto o la elección de un producto que no se ajusta bien al rostro. En estos casos, la eficacia protectora de la mascarilla se verá “sensiblemente mermada”.

En el caso de las mascarillas quirúrgicas, el ajuste hermético no resulta un factor crítico para su eficacia aunque es importante que su colocación permita la cobertura total de la nariz, la boca y la barbilla de quien la lleve puesta.

En este sentido, la patronal recuerda que las mascarillas higiénicas y las quirúrgicas están destinadas a evitar la dispersión de las gotas respiratorias en las que se transportan patógenos como el SARS-CoV-2 mientras que las mascarillas autofiltrantes (FFP2 y FFP3) evitan la respiración de aerosoles que pueden contener los patógenos.

La mascarillas autofiltrantes evitan la inhalación de las partículas sólidas presentes en el medio que amenazan la seguridad y salud de la personas que las llevan puestas y son por tanto las únicas efectivas en espacios cerrados.

El filtro de estas mascarillas debe ser capaz de filtrar, al menos, el 94% de las partículas sólidas presentes en el medio. Al ser un EPI de categoría III, las mascarillas FFP2 y FFP3 deben llevar marcado CE con el símbolo de cuatro dígitos del organismo notificado que realiza la evaluación de la conformidad.

El marcado CE debe representarse sobre el propio equipo o, si resulta imposible, en su embalaje.

El director general de Asepal también subraya que, en contra de lo que piensan muchas personas, utilizar doble mascarilla “no aporta una protección extra”, ya que dificultan ese ajuste perfecto y forman holguras.

LAS MASCARILLAS ARTESANAS NO ESTÁN RECOMENDADAS

Asepal desaconseja el uso de mascarillas de fabricación artesanal, ya que en muchas ocasiones “no hay garantías” de que ofrezcan una protección eficaz frente al COVID-19.

“En muchos casos, las mascarillas producidas de manera artesanal utilizan materiales que no han pasado los correspondientes procedimientos de aseguramiento de la conformidad. Por tanto, pueden crear una falsa sensación de protección”, explica el director general de Asepal.

Respecto a la posible prohibición de usar determinado tipo de mascarillas en espacios cerrados como oficinas o supermercados -medida que ya se ha adoptado en países como Alemania-, el director general de Asepal insiste en que podría volver a generar problemas de desabastecimiento.

“En estos momentos, el suministro cubre la demanda de los profesionales, pero la oferta no está tan preparada como para una demanda global de toda la ciudadanía”, subraya Gil Palacios.

Caber recordar que los EPI deben incluir tanto los marcados, como los pictogramas y avisos obligatorios. Estos elementos informan del tipo y nivel de protección que brinda el EPI. Además, los EPI deben ir acompañados de un folleto informativo que, en España, debe comercializarse al menos en castellano. En este documento debe detallarse minuciosamente cómo ofrece protección el EPI, y los límites que tiene esta protección.

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