¿Está en venta la central de compras de ferretería Unifersa? La pregunta se la ha formulado un periódico gallego al consejero delegado de la distribuidora, Jesús Vieito, que en el transcurso de esa entrevista reconoce abiertamente haber recibido ofertas “de chinos y franceses”.
Pero la respuesta del consejero delegado y fundador de Unifersa parece exenta de dudas: “¡De ninguna manera! Unifersa no se vende. Hoy, el valor contable de las acciones de la compañía pasaría por multiplicarlo por tres. Sumar el fondo de comercio, nuestro esfuerzo y nuestro trabajo, al que jamás le hemos puesto precio”.
Y, acto seguido, acepta entre risas la conclusión que le brinda la propia periodista: “Usted lo ha dicho. Ni chinos, ni galos, tienen dinero para comprar Unifersa”.
La noticia se suscita cuando la distribuidora está en pleno crecimiento, con la construcción de unas nuevas instalaciones en Laracha (A Coruña), en una parcela de 42.000 metros cuadrados que suponen una inversión de unos 14 millones de euros. El plan de Unifersa es estrenarlas el año que viene y dejar las actuales de Fene, cuatro veces más pequeñas. En sus declaraciones, Jesús Vieito asegura que “en A Laracha nos ofrecieron suelo a precio razonable y hemos comprado y pagado. Estamos ahora con la construcción. Esta empresa no puede parar”.
Con un volumen de negocio de 34 millones, los beneficios de Unifersa el año pasado fueron de 1,5 millones de euros, tal y como asegura Jesús Vieito. “Con los dividendos del 2021, los socios han recuperado el 100% de su inversión. Del total, repartimos un tercio en dividendos y dos tercios se van a reservas voluntarias. Somos una sociedad anónima con ánimo de lucro, y el beneficio en el punto de mira permanentemente”, ha subrayado.
Jesús Vieito no descarta “dar el salto” al mercado internacional cuando inauguren las nuevas instalaciones y que el porcentaje de negocio, establecido ahora en un 25% nacional y el 75% regional, se de la vuelta “como una tortilla”.
El consejero delegado también se refiere en esta entrevista a su hijo Abraham Vieito, de 39 años, que accedió a la gerencia de la empresa a principios de año: “Ya puede coger el timón. Está respaldado por la junta general de accionistas y por el consejo. Me ha de relevar cuando tengamos el traslado acabado”, concluye.