ANÁLISIS
Por Andreu Maldonado, presidente del Gremi de Ferretería.
En pocos meses cumpliremos los dos años de pandemia, desconociendo todavía el presente y futuro que nos espera tanto a nivel social como empresarial.
La vida en los barrios, pueblos y ciudades, se esfuerza por recuperar hábitos adquiridos, luchando contra restricciones, temores sanitarios y laborales. La incertidumbre no es buena compañera de viaje para los negocios, pero afortunadamente la ferretería se ha empoderado como actividad esencial durante los diversos confinamientos, en mayor o menor grado.
La pospandemia nos obliga a mantener vivo el espíritu de la ferretería como actividad esencial mucho más allá de las restricciones legales. Debemos trabajar unidos sectorialmente para acompañar con valor y servicios a todos nuestros clientes.
La evolución o transformación de todo negocio es relativamente fácil de imaginar, un poco más difícil de explicar y todo un reto ejecutar; porque todo proceso de transformación depende en gran parte de las personas y su capacidad de reinventarse.
El reto para la sociedad, las empresas y los países es mayúsculo. Requerirá un punto de inflexión en nuestro modo de entender las relaciones entre los humanos, la industria y el planeta.
La sociedad exige al comercio de proximidad compromiso con el territorio como factor diferencial con las empresas tecnológicas, manteniendo un excelente nivel de servicio con sentido y propósito. Es en este punto en el que necesitaremos más que nunca estar alineados con nuestros empleados y proveedores, compartiendo inquietudes y propuestas de mejora continuadas.
“La pospandemia nos obliga a mantener vivo el espíritu de la ferretería como actividad esencial mucho más allá de las restricciones legales, y a trabajar unidos”.
La innovación social, la responsabilidad distribuida y el código ético, por ejemplo, deben ayudarnos a captar talento hacia nuestras ferreterías con muchas más inquietudes personales que la propia transacción comercial. Es vital formar equipos que vibren con su oficio y el proyecto al que representan.
Los gremios sectoriales tienen la responsabilidad de liderar la protección y evolución del sector con la mayor honestidad y responsabilidad posible, ya que son el interlocutor válido con la administración y recogen las necesidades y sensibilidades de empresarios con intereses muy diversos, pero con particularidades sectoriales comunes.
Ante retos mayúsculos es más importante que nunca estar lo más unidos y acompañados posibles; y es en esta posición en la que los gremios, asociaciones y grupos de compra pueden fortalecer el posicionamiento de la pequeña, mediana y gran ferretería.