La pandemia y sus efectos, aún no superados, parecen haber pasado a un segundo plano si tenemos en cuenta la marcha del mercado que nos ocupa y las perspectivas de futuro que manejan expertos y operadores de ferretería y bricolaje. Durante los últimos meses, el sector ha sumado récords de venta, con trimestres en los que el crecimiento ha rozado el 60%, por no hablar de cómo se ha disparado hasta las tres cifras el canal online desde el inicio de la pandemia.
Ahora, el sector afronta una última parte de año con un mayor optimismo, pero con retos de gran calado, que debe resolver: abastecer una demanda que sigue en auge, superar las dificultades logísticas sobrevenidas o afrontar nuevos riesgos globales como la escasez de materias primeras.
Pese a las buenas perspectivas, llama la atención la propuesta de Thierry Coeman en el congreso presencial de AECOC. El experto en DIY y uno de los gurús internacionales con más predicamento en el sector, asegura que “nada en el bricolaje debería volver a ser como era antes de la pandemia”. Más que un titular, la frase resume todo un tratado de futurología.
En una entrevista concedida a Iberferr, Coeman es tajante: “Volver al negocio de siempre es un grave error que lleva en la dirección contraria a lo que los clientes esperan.
“En un futuro próximo los proveedores responderán a un alto nivel de asociación y serán expertos en aprovisionamiento, gestión de la cadena de suministro, investigación y desarrollo, marketing minorista y merchandising”, apostilla.
Y añade que los minoristas reducirán drásticamente el número de sus proveedores y seleccionarán sólo a aquellos que cumplan los requisitos de futuro. Esto significa que ya no habrá líderes de mercado en los distintos segmentos y que los nuevos proveedores serán socios integrales. “Una selección de mayoristas ya se está moviendo en esa dirección al más alto nivel”, advierte el experto.
La salida de una situación comprometida hacia otra de recuperación y consolidación pasa, como ya ha ocurrido en anteriores ocasiones, por cambios severos que suelen dejar en la cuneta a los más débiles y a otros, que sin serlo, no consiguen amoldarse al nuevo escenario. La pospandemia también exige ese precio. Pero, como bien arguye Coeman, un sector siempre debe considerar los puntos fuertes de su mercado y no reconstruirse sobre sus debilidades.
Editorial del número impreso de septiembre.