EDITORIAL
El hecho de que los fabricantes digan que la ferretería crece en “V”, como ha manifestado un elenco de importantes productores en un foro reciente al que nos hemos referido en Iberferr diciembre, viene a demostrar que creen en lo que hacen y en el deber de defender su gestión al frente de las empresas. Es lógico que traten de hacerlo con números e ideas, y apelando a una realidad que con, toda seguridad, no es generalizada, ni afecta a todos de la misma forma. Quizás por eso, se han preocupado de matizar que esa “V” aún podría convertirse en una “W” si el mercado de la ferretería, en el que operan, no logra consolidar su posiciones.
No sería la primera vez que el ‘buenismo’ se queda en una mera declaración de intenciones, anclada en una realidad que se empeña en transitar por otros caminos. A menudo, no basta con querer. Hay que dar pasos regulares y realistas, y esperar a que las fuerzas del mercado los acepten y corroboren, hecho que no siempre ocurre. En otras palabras, el movimiento se demuestra andando, pero convertir las palabras en hechos requiere algo más que buenas intenciones.
La crisis sanitaria y las autoridades políticas, que en España maltrataron a la industria de la ferretería durante la primera ola, parecen más benevolentes en esta segunda embestida que vivimos. Eso no ocurre, seguramente, porque la una haya cesado y los otros hayan enmendado sus errores. Más al contrario, si la ferretería va bien y crece es porque los consumidores compran herramientas y productos para resolver una o varias necesidades que les han surgido en su hogares o en su habitat. Son ellos los que hacen que la ferretería crezca en “V” o desfallezca en una “W” que podría durar lo impensable. Y en esa dinámica, los fabricantes tienen que aportar lo que les piden. Si son eficaces, se adelantarán a la demanda, la preverán y pondrán soluciones inmediatas en el mercado. Pero si su gestión es mediocre, responderán tarde o no lo harán, y se quedarán en el camino.
Una buena gestión de empresa no siempre es sinónimo de crecimiento y reconocimiento en el mercado. Pero es cierto que sin ella, no cabe esperar casi nada. El movimiento se demuestra andando, pero a veces la clave está en saber cuándo hay que dar el primer paso. Todos queremos caminar. Lo que no está tan claro es si un Fuenteovejuna ferretero es posible en los tiempos que corren.