La firma Crédito y Caución prevé que la cicatrización económica de la pandemia provoque una pérdida permanente de producción y cambios estructurales en las cadenas de suministro del comercio internacional. Así se desprende del último informe difundido por la aseguradora de crédito sobre Asia, que previene sobre el ahorro de los hogares y las empresas y la consolidación fiscal del gasto público.
“En todo el mundo, las medidas gubernamentales han limitado la erosión de las competencias de los empleados y el desmantelamiento de las empresas. Esto ha sido crucial para que la oferta de la economía se mantenga más o menos intacto, y para evitar una situación en que la demanda reprimida en la recuperación no pueda ser satisfecha por la oferta. Pero cuanto más dure la pandemia, y cuanto mayor sea su impacto, más cicatrices se producirán”, dice el informe.
El grado de cicatrización previsto, que varía dependiendo de la estructura de las economías y de la magnitud de la respuesta fiscal y monetaria, será menor en las economías avanzadas que en las emergentes, de rentas bajas o dependientes del turismo. Asia estará especialmente afectada por esta situación. Aunque la región mostrará un fuerte crecimiento en los próximos años, del 5% al 6% anual, el impacto negativo del Covid-19 será duradero en la mayoría de sus mercados. En 2025 su PIB será un 3% inferior al previsto antes de la pandemia. India, Filipinas e Indonesia serán los países asiáticos donde la pandemia dejará mayores efectos permanentes.
Las carestías logísticas han llevado a las Administraciones Públicas de todo el mundo a poner más énfasis en la autosuficiencia en sectores estratégicos como la alta tecnología o los productos farmacéuticos. La pandemia también ha sensibilizado a las empresas sobre la vulnerabilidad de sus cadenas de suministro y muchas están siendo rediseñadas para mitigar los riesgos de futuros shocks externos sacrificando parte de su rentabilidad.
Este intercambio de eficiencia por resiliencia tendrá un impacto en el comercio exterior, ya que las nuevas estrategias implican una mayor dependencia del suministro de productos básicos y bienes intermedios desde países o regiones cercanas. Previsiblemente, la pandemia reforzará la tendencia a la relocalización que se inició durante la guerra comercial entre Estados Unidos y China.