Primeras cifras de los efectos de la pandemia sobre la industria de la ferretería y el bricolaje. Los fabricantes sufren un descenso del 21,88% en marzo, que contrasta con la tendencia positiva de los dos primeros meses del año, cuando creció un 5,77%, según los datos que ha facilitado hoy la Asociación de Fabricantes de Ferretería y Bricolaje (AFEB).
De igual forma, la crisis de la Covid-19 y el inicio del confinamiento, que obligó al cierre de los comercios, ha hundido el negocio de la distribución de ferretería y bricolaje, que ha registrado una caída del 9,26% en la facturación del primer trimestre de este año, tal y como resalta un informe sectorial la asociación de empresas AECOC.
Se trata en ambos casos del primer descenso del sector desde 2013, provocado por la paralización del comercio, que empezó con el confinamiento a mediados de marzo. “La situación es especialmente grave en el caso de los fabricantes porque se ha juntado el cierre de las tiendas físicas con el desabastecimiento de productos provocado por los problemas en el transporte y restricciones en el tráfico internacional de mercancías”, ha subrayado Mara Omedes, gerente de la AFEB (108 asociados).
Pese a las cifras, “es bastante previsible un fuerte arranque en las ventas de las tiendas una vez se entre en la fase 2, tal como está pasando en otros países europeos, por lo que será importante que fabricantes y distribuidores prevean esta situación con cierta antelación y coordinen sus esfuerzos para dar una respuesta adecuada a los consumidores en su regreso a los comercios”, según ha explicado César Navarro, responsable del Comité de Economía de AFEB.
Según la asociación, el canal más afectado desde que se inició el Estado de Alarma es el Especializado (Grandes Superficies de Bricolaje), que pasaron de un 14,43% en su cifra de negocio de enero y febrero, a un -35,59% en el mes de marzo.
Los resultados de las ventas al canal Tradicional (ferreterías) fueron de un 0,10% en los dos primeros meses del año y de -30,72% en el mes de marzo.
Las ventas al canal Generalista (supermercados y grandes superficies no especializadas) por su parte, pasaron de un -0,87% en los dos primeros meses del año, a -21,03% en el mes de marzo, caída significativa aunque menor que en los otros dos canales que, en palabras de Marta Omedes, puede tener su explicación tanto en las limitaciones de movilidad impuestas -que provocaron que los consumidores acudieran a los centros más próximos en perjuicio de otros quizás mejor abastecidos-, como por la situación de incertidumbre de los primeros días del Estado de Alarma, que provocó que los consumidores se limitaran a comprar los productos más básicos o indispensables (alcohol, productos desinfectantes, papel higiénico, etc.).
El canal Online, contrariamente a lo que se preveía, también sufrió una importante caída en el mes de marzo, pasando del 38’8% de los dos primeros meses del año, a un -16’03% en el mes de marzo que, según Marta Omedes, puede tener su explicación en la contención de los consumidores durante los primeros días del Estado de Alarma e incertidumbre de éstos respecto a si podrían cumplirse los plazos de entrega de los productos, aunque se constata un incremento importantísimo de este canal a partir del mes de abril.
La caída de las ventas las Exportaciones ha sido un poco menor al pasar de un 11’82% en Enero y Febrero a un -6’9% en el mes de marzo. Según la gerente de AFEB, puede tener su explicación en que el Real Decreto del Estado de Alarma ha permitido el cumplimiento de los contratos de exportación firmados con anterioridad al RD por el que se establecía el Estado de Alarma.
LOS DISTRIBUIDORES
La asociación de empresas AECOC, por su parte, se centra en los datos del trimestre y subraya que, dentro de la distribución, las cadenas especializadas son las más afectadas, con un descenso del 10,5% en su cifra de negocio, mientras que el comercio tradicional ha visto bajar su facturación un 7,45%, según resalta en su informe.
El responsable del área de ferretería y bricolaje de AECOC, Alejandro Lozano, destaca la “proactividad que ha tenido el sector desde el inicio de esta crisis para avanzar en la puesta en marcha de proyectos online y otras vías de comercialización telemática –a través del teléfono, whatsapp…- que han permitido mantener un cierto nivel de ventas”.
Pese a ello, el éxito de estas iniciativas no ha compensado el impacto que ha supuesto el cierre de persianas de todos los establecimientos del país, por lo que las prioridades pasan ahora por garantizar la supervivencia de los negocios. “Tras casi dos meses de tiendas cerradas, el sector necesita un mayor acceso a los sistemas de financiación públicos que faciliten la liquidez y procesos de flexibilización de los ERTE, que permitan la reincorporación de los trabajadores en base a la recuperación de la actividad”, explica Lozano.
PREPARACIÓN DE LA ‘DESESCALADA’
El inicio de la desescalada permitirá a las tiendas del sector abrir sus negocios, con el foco de garantizar la salud de trabajadores y consumidores en las diferentes fases previstas. “Las tiendas están trabajando para adaptar sus establecimientos y sus operativas para minimizar el riesgo de contagio y transmitir a los consumidores la confianza necesaria”, indica Lozano, que reclama “claridad” en los requisitos exigidos a los comercios para su reapertura en las diferentes fases de la desescalada, así como las garantías para cumplirlos.