Abrió sus puertas en 1973 y las cerró el pasado 3 de febrero. La histórica ferretería Hermanos Valerón de Ingenio (Gran Canaria) ha dicho adiós a más de medio siglo de trayectoria por falta de relevo generacional. Tras liquidar una buena parte del «stock» y repartir el resto entre otras ferreterías de la zona, ha bajado la persiana dejando tras si mucha historia, ríos de nostalgia entre los clientes y un gran reconocimiento por parte del vecindario, que guarda en sus casas materiales y productos adquiridos en algún momento en el establecimiento.
La iniciativa de los hermanos Juan Manuel (93 años), José (88 años) y Armando (ya fallecido) Valerón Hernández, que empezó en un garaje ubicado en la que actualmente es la calle Profesor Bartolomé Hernández Estupiñán, llega a su punto final tras el cierre de la tienda ubicada desde hace décadas en la calle Bailén. La villa pierde de esta forma una parte importante de su entramado comercial y una tienda que ayudó en su desarrollo y crecimiento.
La cercana jubilación de dos de los hijos que tomaron el relevo, Sergio y José Juan, hijos de Juan Manuel y José; y el fallecimiento el pasado año de uno de sus fundadores, Armando, han precipitado la decisión de la familia de poner fin a más de medio siglo de vida. La falta de sucesores o de un recambio generacional dispuesto a mantener el negocio, ha sido definitiva.
Sandra Valerón, actual administradora legal de la empresa e hija de Juan Manuel, ha notado estos días el «enorme cariño» de la gente y ha podido constatar la importancia que ha tenido el comercio en Ingenio. Sandra cree que los hermanos fundadores convirtieron esta ferretería casi en una obra social para el municipio. Gracias a que «fiaba», numerosas familias pudieron comprar los materiales y construir sus casas, asegura.
«Cuando empezamos a desmontar la ferretería, hace tres meses, nos dimos cuenta que ya era como un nieto más del abuelo», asegura la administradora.
Miguel Rodríguez, un empleado que este año cumpliría 30 años en la ferretería, guardará siempre el recuerdo de haber ayudado al crecimiento de la empresa y de haber permanecido junto a los fundadores, con los que fue al colegio de niño, hasta el cierre del establecimiento.
(Con datos de Canarias 7).
