Page 39 - iberferr 240
P. 39

  conciencia de autoprotección que existe en nuestro país en torno a la seguridad en nuestros hogares.
Me decía recientemente un cerrajero, que él ganaba prestigio y clientes gracias a este tipo de “abrepuertas”, puesto que su trabajo crecía en valor
frente a auténticas chapuzas; y que
chas ocasiones, puede llegar a afectar a la seguridad de los ciudadanos... y también a su economía.
Debemos ser el único colectivo profesional de España en el que el chapucero, el poco profesional y el que demues- tra poca formación cobre más que un profesional con todos los pa- peles en regla, la capacitación y acreditación exigida por UCES con el código ético y certificado de pe-
nales a rajatabla.
Desgraciadamente, además de fo- tos de “auténticos destrozos”, nos llegan facturas desorbitadas por servicios que pueden llegar a ser mucho más económicos y, sobre todo, con mayor calidad en el ser- vicio si los presta un profesional acreditado.
Y, ¿por qué sigue sucediendo esto año tras año? Algunos tenemos muy clara la teoría, o la visión, de que si las propias administraciones y los dife- rentes organismos públicos, centrales o locales, no con- trataran, como lo hacen muchos de ellos, estos servicios de dudosa profesionalidad de empresas de multiservicios, que a su vez subcontratan el trabajo a “cualquiera”, la so- ciedad sería más justa y contaría sólo con los que lo tienen que ser y estar: los auténticos profesionales de la cerra-
jería de seguridad.
Estamos convencidos de que el ciudadano valoraría más a los profesionales de la seguridad, no seguiría el mal ejemplo de muchos organismos oficiales y habría cerra- jeros de seguridad buenos baratos y cerrajeros buenos caros... pero no habría como hay ahora muchos cerraje- ros malos y caros.
le daba vergüenza ajena observar lo que está pasando.
Pero, el auténtico quid de la cuestión no radica solo en lo que pueda bene- ficiar a la imagen de los cerrajeros profesionales, sino en el carácter permisivo de una sociedad y de unas leyes que permiten que cualquiera pueda anunciarse y realizar un tra- bajo para el que no está capacitado o acreditado.
¿Quién permite que un negocio pue-
da desarrollarse sin haber demos-
trado ni un solo conocimiento ni destreza en el objeto de esa actividad?. Y lo que es peor, porque la sociedad no apunta con el dedo a ese tipo de servicios no profesio- nales y oportunistas cuyo negocio tiene que ver con la seguridad.
Venimos diciendo desde hace muchos meses que debe- mos trabajar en la concienciación de las personas sobre la importancia de preservar la seguridad de sus hogares; sin embargo, de nada sirve que seamos solo los profesio- nales de la cerrajería los que reclamemos a la sociedad, los que revisemos nuestros sistemas de cierre de puer- tas y ventanas. En algunos casos se ha llegado a decir que actuábamos solamente por intereses económicos. Queremos hacer partícipes a las Administraciones que estamos ante un caso grave de intrusismo y que, en mu-
“Cerraduras partidas, puertas destrozadas y, en algunos casos, verdaderos butrones. Son situaciones que viven a menudo compañeros acreditados por la Federación. Esto pasa por no llamar a un cerrajero de la UCES, nos explican”.
   39 39
   www.todocerraduras.com www.amig.es www.cisa.com
    CERRAJERÍA Y SEGURIDAD















































































   37   38   39   40   41