OPINIÓN
Por Manuel Sánchez, presidente de la Unión de Cerrajeros de Seguridad (UCES).
Un diario de información económica publicó hace unos días que la teleformación en España había experimentado un aumento extraordinario en las últimas semanas. Nada nuevo ni sorprendente. Coincidiendo con el confinamiento, que aún sufrimos, las búsquedas de formación online se habían multiplicado por tres. Este aumento de la demanda online, obviamente resultó inversamente proporcional a la demanda de la formación presencial que ya había caído a la mitad en la primera semana de marzo, previa al Estado de Alarma.
En Google, palabras como “cursos online”, “aprender desde casa” o “estudiar online” han tenido el mayor incremento de búsquedas. Según Telefónica, ha crecido un 500% el tráfico de videollamadas en estos meses… Y la formación online es una de las “culpables”. La conectividad durante la pandemia nos ha permitido un incremento superior al 80% en tráfico de voz y datos. Y el teletrabajo ha pasado del 4% al 50%. España está a niveles de Corea y Japón, los líderes mundiales en conectividad en los hogares. Somos el líder con mucha diferencia en Europa.
España tiene la red de fibra óptica más extensa de Europa con más de 45 millones de accesos instalados y más de 10 millones de usuarios de fibra óptica, producto. Con estos mimbres tenemos la gran oportunidad de liderar el campo de la formación online donde otros países, con infraestructuras de menor calidad, como el caso de algunos latinoamericanos, tienen un índice mayor de este tipo de formación. Y está ventana se está abriendo también al mundo de la cerrajería de seguridad. La Unión Cerrajeros de Seguridad (UCES reclama desde hace años que la formación presencial solo se realice con profesionales homologados y programas certificados y con las garantías suficientes tanto para los solicitantes como para la sociedad. Lo hemos dicho siempre: hay “cursos” para aprender a abrir puertas… propias y ajenas; y hay cursos para aprender el oficio o especializarse en diferentes técnicas como las aperturas de cajas fuertes, de automoción, electrónica en la cerrajería, nuevos métodos y técnicas… así como en distintas metodologías de análisis, diseño y gestión de la protección física.
“La revolución tecnológica, que empezó en España hace un par de décadas, tiene que entrar en el mundo de la cerrajería de seguridad por la puerta grande, la de la formación de calidad, certificada y segura”.
Ahora, las asociaciones que lideran el sector, y los centros de formación asociados, tienen la gran oportunidad de diseñar estrategias de formación online para sus miembros y para demandantes de teleformación, no solo desde España sino de otros países, principalmente de habla hispana. La situación actual, que está permitiendo a muchos profesionales con una actividad laboral menor, ocupar el tiempo en “pensar el futuro” e incluso reciclarse; la fiabilidad de la red de conectividad española y el uso de plataformas fiables que estos días se están utilizando a nivel empresarial, como Teams o Zoom, debería hacer reaccionar al sector y plantear que el cambio de paradigma y la revolución tecnológica, que empezó hace un par de décadas, entre en la cerrajería de seguridad por la puerta grande, la de la formación de calidad, certificada y segura. Y eso solo lo pueden hacer los profesionales con el mejor conocimiento.
En la anterior debacle de hace 10 años, se hizo muy conocida la grafía china de la palabra “crisis”, que está formada por dos caracteres, “Wei” y “Ji”. El primero significa peligro y el segundo, oportunidad.
Y a esa oportunidad también es para nosotros. El sector de la cerrajería apela a este momento para avanzar en una sociedad mejor formada y capacitada, para tener a los mejores profesionales y, en especial, a los mejores cerrajeros de seguridad para la sociedad.
